Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

martes, 1 de septiembre de 2015

Los hermanos árboles


De algún modo quise adherir a este entendimiento, por las profundas coincidencias que me suscita el sentido espiritual que los árboles representan para los pueblos indígenas, desde donde se recuperan historias míticas y recetas médicas, antiguas ceremonias sagradas que tuvieron por centro a estos hermanos, por que así son comprendidos por los paisanos que los cuidan.

Suelo recordar el sentido de pertenencia que existía en la comunidad qom de Derqui con los pocos algarrobos plantados, uno de ellos el de la familia López-Medrano, donde bajo su sombra fueron concebidas las conversaciones que derivaron en el proyecto Qomllalaqpi. De aquel árbol extraían pequeñas raíces que, maceradas con un poco de alcohol y machacadas posteriormente en un mortero, le imprimía a las artesanías el tono característico amarronado que se utilizan para decorar las diversas creaciones que pueblan el mundo mitológico de esta cultura.

Del mismo modo este árbol permite a los qom obtener alimento, con la recolección de la chaucha, que una vez caída por efecto de la naturaleza, se utiliza para hacer tortas con la miel extraída de los panales, incluso ese fruto puede ser chupado para extraer sus nutrientes, práctica habitual entre los niños de Derqui.

Para los pueblos indígenas los árboles reúnen significados muchas veces ligados a lo sagrado. Símbolos del eje del mundo (muchas culturas lo consideraban de este modo debido a que las raíces del árbol se sumergían en el suelo mientras sus ramas se elevaban al cielo) y con gran variedad de propiedades benéficas para el hombre, los relatos tradicionales dan cuenta de como nacieron los arboles y su hermandad con los seres humanos.

En este caso el documento oral producido en El Orejiverde ofrece diversas lecturas sobre algunos árboles que han representado los rasgos identitarios de las diferentes comunidades, llegando a representar su cultura y cosmovisión, entre ellos la Araucaria (en lengua mapuche se la denomina Pewen y su fruto el piñon = nguilliu) incluso los pehuenches toman su nombre del mítico árbol cuyo espíritu interviene para que se multipliquen los rebaños; el maitén (considerado benigno en muchas regiones de la Patagonia); el cardón del noroeste argentino o también el Picun-chao, existente en Cajón de Manzano, cañadón ubicado sobre la costa del río Agrio (Copahue) que por costumbres que se mantienen suele recibir ofrendas de los pobladores cordilleranos (se lo reconoce como un Pino santo donde las promesas son depositadas alrededor del tronco).

Una práctica habitual que el audio recupera es el sentido espiritual que une al indígena con los árboles de su cultura, como también la relación profunda que los chamanes han mantenido con las diversas especies arbóreas. Es común encontrar en ciertas comunidades a los paisanos abrazando un árbol, donde se genera una interrelación sostenida en la espiritualidad y el entendimiento de las propiedades benéficas de cada planta. Son innumerables las leyendas que pueblan a estos hermanos, incluyendo el conocimiento propio de la etnobotánica mediante la utilización de hierbas medicinales o psicoactivas. Según algunos historiadores el folle o canelo es el árbol sagrado entre los Mapuches de la Patagonia, incluso el cultrún utilizado en las rogativas como también el rehue (altar ceremonial), con sus siete escalones por donde sube la machi, están hechos con la madera de este árbol, presente en las ceremonias rituales entre las banderas de cada lonco.

A lo largo del tiempo, muchos de estos ejemplares han logrado representar aspectos simbólicos y característicos de antiguas civilizaciones. Según crónicas romanas se tuvo conocimiento de que los druidas, antiguos guerreros-sacerdotes pertenecientes a la cultura celta, consideraban a los árboles como entidades sagradas que tenían la particularidad de establecer una comunicación entre los tres niveles del cosmos: el subterráneo, por sus raíces; la superficie de la tierra, por el tronco; y el cielo, por la copa y sus ramas. Era por lo tanto un eje que establecía esa relación espiritual entre ambos mundos. No por nada es conocido el calendario celta de los árboles donde cada especie lleva relacionado un signo del zodíaco: abeto, olmo, ciprés, álamo, cedro, pino, sauce, tilo, roble, avellano, serbal, arce, nogal, castaño, fresno, carpe, olivo, higuera, abedul, haya, manzano.

En otras culturas también se reverenciaban árboles, los mayas plantaban ceibas en las plazas de las ciudades ya que entendían la existencia de 3 planos que se comunicaban con el árbol que hacía las veces de eje del mundo simbolizando un centro de rotación del cosmos, sus ramas permitían la apertura de los 13 cielos (el tronco era la concepción del lugar donde habitaban los humanos, mientras que las raíces representaban el inframundo donde iban las almas por un período de purificación). Para los griegos y romanos el muérdago era considerado sagrado, mientras que según el concepto budista los árboles poseen alma y sentimientos.

A modo de curiosidad, existe un árbol bautizado como “Old Tjikko” (una pícea de Noruega) que según un test de datación por radiocarbono tiene 9.550 años de antigüedad, se encuentra ubicado en el Parque nacional de Fulufjället, Provincia de Dalarna en Suecia. Se trata de una especie clonada (el tronco en sí mismo se calcula que tiene unos pocos cientos de años, pero el árbol como un todo ha sobrevivido por un proceso denominado esqueje, que es cuando el tronco muere pero el sistema de raíces permanece, dando nuevos tallos).

Durante siglos los árboles han acompañado el mundo de los hombres y mujeres poblando con sus leyendas el sentido de sus vidas, en ocasiones han sido testigos de la historia de los pueblos, en Argentina aún existen retoños del algarrobo salteño bajo el cual se reunieron San Martín y Manuel Belgrano a principios de 1814, en ocasión de pasarse los mandos del Ejército del Norte, una historia entre tantas, en donde siempre estuvieron presentes, modificando el paisaje, dando frutos o cobijando con su sombra las conversaciones de la gente.

 

Clasificación: Etnomedicina / Espiritualidad / Documentos radiofónicos
Lugar / Fecha: Radio FM Mantra 91.9. Buenos Aires - 05/03/2015.
Número de programa: 40
Entrevista: Carlos Martínez Sarasola
Duración: 23’ 39’’

Bibliografía consultada:
Etnobotánica en zonas áridas y semiáridas del cono sur de Sudamérica / Pastor Arenas (editor) http://www.ibiologia.unam.mx/gela/etnobotanicaconosur.pdf 

Pillán Mamul Mo Árboles sagrados: 
http://www.endepa.madryn.com/leyendas/pillan-mamul-mo.html

Diccionario de mitos y leyendas - Equipo NAyA http://www.cuco.com.ar/

Sitios de interés:
Área educativa Jardín Botánico Carlos Thays
https://educacionjbct.wordpress.com/ 

Biblioteca infantil de la naturaleza: (un cálido espacio que tuve la suerte de conocer)
https://bibliotecainfantildelanaturaleza.wordpress.com/


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